sábado, 12 de junio de 2010

"La originalidad dejó de ser un valor en la literatura"



El ganador del Premio Clarín de Novela 2009, el escritor Federico Jeanmaire, habla de sus libros y de sus costumbres a la hora de escribir. Además, asegura que el momento que vive ahora se parece mucho a lo que siempre soñó.


Por María Eugenia Belich

Gentileza Clarín

Federico Jeanmaire escribe en “el lugar más cómo de la casa” , un rincón donde yace un antiguo escritorio parecido al que tenía su abuelo y una silla hamaca que con su balanceo atrae las ideas cuando estas quieren alejarse de su mente. En las paredes de ese pequeño oasis que inspira al escritor, además de numerosos estantes que contienen a sus libros más queridos, reposan algunas fotos especiales para él, como las de su hijo o la de la mujer que más quiso en el mundo, aquella tía paterna que una lejana tarde en Madrid le dijo que se dedicara a otra cosa, que la escritura no era lo suyo, que eso se lo dejara a otros.

“En ningún momento me largué a llorar, o se me pasó por la cabeza hacerle caso y no escribir. Todo lo contrario, el día que me dijo eso salí de verla convencido de que iba a ser escritor”, recuerda el autor argentino, de 52 años, que cuenta con 16 libros publicados, entre los que se encuentra Más liviano que el aire, la obra que ganó el Premio Clarín de Novela 2009 y que se encuentra entre los títulos nacionales más vendidos en lo que va del año.

Durante su estadía en España, para poder subsistir Jeanmaire tocó la guitarra en los subtes, vendió artesanías y hasta llegó a tener una lechería con un amigo argentino. “Siempre tuve como objetivo trabajar lo menos posible para mantenerme y tender hacia el momento que vivo ahora, que se parece mucho a lo que siempre soñé”, explica el escritor que, desde hace unos años, se dedica pura y exclusivamente a lo que más ama en la tierra: escribir novelas.

Para Jeanmaire, la novelística es una escritura que, a diferencia del cuento, tiene que ver mucho más con el desarrollo de los personajes que con las ideas. “El cuento se hace primero en la cabeza y después se escribe, y eso es algo que nunca me pasó. En mi caso, el placer de escribir está puesto en que nunca sé lo que va a pasar y eso es lo que me divierte y lo que hace que la pase tan bien trabajando”, agrega.

Su obra puede dividirse en distintos grupos que siempre cuentan con una serie de tres novelas, las que responden a un mismo tema específico: “Tengo una colección que intenta dar respuestas a algunas cosas que nunca comprendí del todo de la cultura argentina, otra sobre los libros que quiero, después una que es autobiográfica, y ahora, con Más liviano que el aire, inicio una serie que tiene que ver con meterme de lleno en la realidad”.

-¿Por qué elige escribir de esa manera?

-Porque odio repetirme y no quiero hacer toda una obra parecida. Aunque el estilo se identifique en todos mis libros, me gusta ponerme en riesgo en cuanto a la búsqueda, la temática y el enfoque. Está bueno arriesgarse, no quedarse sentado en lo que ya conseguiste y salir en busca de algo que te complique por alguna razón.

-¿Cuándo llegan esas complicaciones?

-Casi siempre cuando cambia la serie tengo una crisis bastante fuerte, porque me meto a pensar hacia dónde quiero seguir. En esos momentos llegan a pasar un montón de meses en los que no puedo escribir, pero cuando estoy en medio de una serie no tengo ninguna complicación. Si sé lo que quiero hacer, nunca me falta material para escribir, porque si bien mi escritura es bastante meditada, es muy espontánea en cuanto al hacerse.

Este hombre de voz baja y mirada transparente es considerado uno de los autores argentinos más particulares de los últimos tiempos. “Cuando se habla de singularidad en lo que yo hago seguramente se está hablando de originalidad y estilo, porque estamos en un tiempo en el que se tiende a contar historias de manera correcta, que todos puedan leer, y la originalidad dejó de ser un valor”, argumenta el novelista.

No obstante, Jeanmaire quiere dejar en claro que esta singularidad que lo caracteriza no es invento suyo. “Todas mis formas literarias son apropiaciones de un montón de escritores, casi todos en lengua española, como [Domingo Faustino] Sarmiento, [Antonio] Di Benedetto y [Julio] Cortázar. A mí me gusta decir que trabajo con muchos amigos al lado, que son los que posibilitan eso que estoy haciendo”, indica el autor.

Jeanmaire ha recibido numerosas e importantes distinciones a lo largo de su vida, pero el Premio Clarín de Novelas es, hasta el momento, el más popular de todos. Sin embargo, asegura seguir siendo el mismo que hace dos años atrás, aunque ahora ocupe otro lugar en las librerías, un poco más cerquita de sus amigos, los mismos que lo acompañan cuando escribe sus novelas.

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