Los asambleístas de Gualeguaychú levantaron el corte

Por Julieta Cravero

En el puente fronterizo Fray Bentos que une a la Argentina con Uruguay no se escucha casi nada, solo el eco distante de bombos y redobles que coparon el corte de la ruta 136 durante cuatro largos años.Ayer por la noche en el Club Frigorífico, la Asamblea de Gualeguaychú decidió levantar el asentamiento por 60 días para promover el diálogo con el gobierno, que, semanas atrás, se declaró como querellante en la causa contra los asambleístas. La decisión se tomó por votación: 402 personas se pronunciaron a favor del levantamiento, y 315 que se opusieron fervientemente.

A pesar de que la la Corte Internacional de Justicia de la Haya estableció el pasado 25 de abril la continuidad de la papelera finlandesa UPM (ex Botnia) en las costas de Fray Bentos porque no se pudo comprobar su contaminación, los asambleístas decidieron seguir con el corte para reclamar por el derecho a la vida. Por su parte, el gobierno, a pesar de haber declarado el asunto como causa nacional en el año 2007, decidió en esta oportunidad oponerse a la Asamblea Ambiental de Gualeguaychu.

Si bien este parece el último traspié de una lucha que empezó hace siete años, los asambleístas y ciudadanos de Gualeguaychú siguen reclamando no solo por la naturaleza y el medio ambiente, sino también por la salud y el pueblo. A 260 kilómetros de Buenos Aires, los manifestantes le habían dejado un claro mensaje al presidente uruguayo, Pepe Mujica, que era quien más exigía el levantamiento del corte: “Usted tiene la llave, si saca a Botnia, nosotros nos vamos de aquí”. No obstante, el revés del gobierno nacional llevó a que los ambientalistas tomasen otra postura.

Mientras el paso internacional con Fray Bentos estuvo cortado, la sociedad uruguaya no se sumó al pedido. Según el asambleísta Martín Alazard, no reaccionan porque tienen miedo a perder sus trabajos. Además, explicó que los manifestantes tienen prohibido cruzar el puente para dialogar con los habitantes de Montevideo.

Cómo empezó la historia

Los choques entre ambos países comenzaron con el gobierno de Néstor Kirchner en el 2003 cuando Uruguay empezó los arreglos para la instalación de la papelera española ENCE. Si bien el país prometió mantener al tanto a la Argentina del seguimiento de la pastera, esto nunca sucedió. Debido a esto, el presidente Kirchner demandó a Uruguay frente a la Corte Internacional de la Haya por la violación del Estatuto del Río Uruguay firmada en 1975.

Mientras la espera del dictamen se llevaba a cabo, se produjo la instalación de Botnia (ahora UPM) en las costas de Fray Bentos, sin el consentimiento del Estado argentino. La empresa finlandesa iba a ser instalada, en principio, en Entre Ríos, pero según afirmó el gerente de la fábrica, Sami Saarela, se decidió cambiar de país debido a las altas coimas que había que pagar.Luego de la autorización de instalación en Uruguay, comenzaron los cortes y las marchas para pedir la expulsión de la empresa, que está acusada de tener un alto grado de contaminación. “Cuando nos enteramos que era una de las más contaminantes del mundo, no les dimos la licencia social, es decir, el apoyo del pueblo”, explicó Martín Alazard. La sentencia pronunciada por la Haya cerró todas las posibilidades del pueblo argentino de conseguir la reinstalación de la planta de celulosa.

Dicen que no perjudica al medio ambiente

La pastera finlandesa Botnia-UPM tiene 1,000,000 de hectáreas de eucalipto. Para que esto se pudiera llevar a cabo tuvieron que desmontar los cultivos nativos y plantar estos árboles modificados geneticamente, que crecen más rápido tienen una madera más blanda que permite un mayor aprovechamiento. Según distintos ambientalistas, como Alazard, esto lleva a la desaparición de la flora y la fauna autóctona. Cada eucalipto consume un promedio de 40 litros de agua dulce por día para su crecimiento y se estima que por hectárea se plantan 1000 ejemplares. Además, la planta celulosa usa 80 Millones de litros de agua por día para poder funcionar.

Desde la instalación de la papelera, en 2007, se pudo percibir un olor nauseabundo en las costas de Fray Bentos debido a su normal funcionamiento. Además, este verano la Municipalidad de Gualeguaychú tuvo que prohibirle a los turistas la entrada al río para bañarse debido a que 90 personas presentaron reacciones alérgicas tras ingresar al Río Uruguay. Otro caso ocurrió a dos meses del comienzo del funcionamiento de la pastera, en la que habitantes de la misma localidad denunciaron haberse intoxicado por la inhalación de sulfuro de sodio. UPM tiene seis plantas de celulosa en Finlandia que producen entre 500 y 600 mil toneladas al año de producción. La sede de Fray Bentos produce aproximadamente 1 Millón. ¿Sera esto casualidad?

¿Y por casa cómo andamos?

Si bien la Argentina ha quebrado su relación lateral con Uruguay para pedir la desinstalación de la papelera Botnia de las costas de Fray Bentos, ya son quince las plantas establecidas en el territorio nacional. Ninguna es completamente anticontaminante ya que ambos procesos de blanqueamiento, la ECF (libre de cloro elemental) y la TCF (totalmente libre de cloro), conllevan el desecho de químicos en ríos y lagos.

En 2004, la Secretaría del Ambiente de Paraguay alertó sobre dos papeleras argentinas ubicadas en Misiones que estaban sospechadas de volcar productos industriales cancerígenos y contaminantes al Río Paraná. Algunas de las papeleras argentinas son: Puerto Piray (Misiones), Tucumán (Tucumán), Ledesma (Jujuy), Celulosa Argentina (Santa Fe), Del Plata (Zárate), Papel Prensa (San Pedro), Andino (Entre Ríos), Alto Paraná (Misiones), Papel Misionero (Misiones) e Iby (Entre Ríos). Esta última es considerada una de las más contaminantes y la que mayor cantidad de trabajadores en negro posee.

Dentro de la conmoción y alegría que el mundial genera, los habitantes argentinos, separados de la pastera solamente por el Río Uruguay, gritan no los goles, sino el fracaso de una batalla que comenzó años atrás, luego de que el Banco Mundial le habilitara a Botnia 170 millones de dólares para su instalación en Montevideo.