martes, 29 de junio de 2010

El orteguismo en el ojo de la tormenta

Por Gimena Rearte


A 31 años de la Revolución Popular Sandinista, que terminó con la dictadura de la familia Somoza y permitió la llegada de la democracia de la mano del Frente Sandinista de la Liberación Nacional (FSLN), junto a movimientos populares y sectores medios, Nicaragua se enfrenta al riesgo de que se instale un sistema con rasgos similares al somocismo llevado a cabo por su actual presidente, Daniel Ortega.



La prensa opositora al gobierno de Nicaragua, afirma que su presidente actúa a "imagen y semejanza" de su par venezolano, Hugo Chávez. Y mientras que el Estado nicaraguense continúa firmando acuerdos y realizando alianzas con Venezuela, en pos de una "mejora política, social y económica", muchos coinciden en que el único fin de Ortega es perpetuarse en el poder.

Hector Maidena, dirigente del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), sostiene que en los últimos dos años el circulo de poder político y económico se ha concentrado alrededor de la familia presidencial, y "que la privatización inmoral, ilegal y evidente de la cooperación venezolana, lo está afianzando como un poderoso grupo económico en distintas esferas de la economía: energía, turismo, construcción y comunicaciones".


Carlos Fonseca Terán, secretario de Asuntos Ideológicos del FSLN, asume que el apoyo venezolano ha sido decisivo: “Se ha impedido que en nuestro país colapse la generación y distribución de energía eléctrica, gracias al soporte de Hugo Chávez, quien ha aportado para la construcción de calles, carreteras, el subsidio al transporte público en la capital, entre otros muchos programas sociales, pero ni Daniel es ayudante de Chávez, ni Chávez es ayudante de Daniel: ambos son dirigentes de un mismo proceso revolucionario”.



Felix Madariaga, director del Instituto de Liderazgo de Sociedad Civil del Movimiento por Nicaragua y ex secretario del Ministerio de Defensa bajo la presidencia de Enrique Bolaños Geyer, coincide con Maidena y expone que la relación de Ortega con Chávez es de subordinación a una propuesta política, a cambio de importantísimas dádivas económicas al partido de gobierno y a la familia presidencial.

El protagonismo de Daniel Ortega en el FSLN y su pacto con Arnaldo Alemán para la reelección del 2011, han germinado una serie de opiniones encontradas dentro de los sectores de la política. La democracia está en juego y las luchas internas por cuotas de poder, también.


El pueblo tiene derecho a elegir a quien quiera para Presidente, y la prohibición de la reelección atenta contra este derecho. Todo lo que se haga al respecto para que el pueblo ejerza este derecho, es favorable para la democracia. Si Alemán quiere ser candidato presidencial y eso está en manos nuestras, y a cambio de eso nos da los votos para que se elimine la prohibición para la reelección, es una negociación correcta”, expresa Fonseca Terán.

Para Madariaga, “Esa alianza es el origen del esquema mas abusivo de poder y consolidación de la partidocracia, desde la dictadura de Somoza. Un golpe bajo a la democracia”. Y agrega que el actual gobierno ha instaurado un clima de acoso a los medios de comunicación independientes, especialmente a La Prensa, El Nuevo Diario, Canal 2 y Canal 12 que son los principales agentes de promoción de las libertades.


Según Maidena el poder dinástico de la familia Somoza, que usufructuando el aparato del Estado, devino en un poderoso grupo económico con las ventajas que le daba el control de las instituciones oficiales se asemeja al autoritarismo de Ortega en la presidencia. “El cambio en Daniel ha sido notorio, ha experimentado una basta involución. De ser un dirigente revolucionario en los 80 ha pasado a ser un caudillista popular con lenguaje izquierdista; el FSLN no es más un partido, ya se ha privatizado”, opinó.

Lejos de esta visión Fonseca Terán afirma que el presidente mantiene las mismas características que tenía cuando militaba; “Es un estadista, líder político y dirigente revolucionario que ha logrado asumir exitosamente su papel a favor de los intereses del pueblo nicaragüense y en pos de la lucha revolucionaria en Nicaragua, sorteando inmensas dificultades”, afirmó.

Para Madariaga el principal cambio es que en los ochenta existía un proyecto político-partidista basado en los ideales de un partido y que actualmente, lo que existe es un proyecto familiar de Daniel Ortega y Rosario Murillo, “que se parece más al fascismo que otra cosa”.



La desarticulación de los partidos opositores con peso, encabezados por Eduardo Montealegre (PLI) y Edmundo Jarquien (MRS), sumado a la división cada vez más polarizada del sandinismo, y las experiencias de países vecinos a Nicaragua que enarbolan la bandera de la reelección, llevan a suponer que sólo un movimiento amplio y plural organizado podrá impedir las pretensiones del orteguismo.






Alianza entre Ortega y Chávez el pasado abril en el marco del encuentro de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América- Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP). Fuente: Venezolana de Television.

Fuente de la fotografía: César Pérez para http://www.aporrea.org/

Para saber más


http://www.partidomrs.com/


http://www.lavozdelsandinismo.com/

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